Conteúdo
- 1 1. No lleves ropa ajustada
- 2 2. Protégete del frío
- 3 3. El antifaz no es solo para superhéroes…
- 4 4. …Y tampoco las capas
- 5 5. Almohadas y tapones, los complementos perfectos
- 6 6. Ponte unos calcetines o medias de compresión
- 7 7. Calzado cómodo y fácil de poner y quitar
- 8 8. Los bolsillos son tus amigos
- 9 9. Los niños también quieren ir cómodos
- 10 10. Y recuerda: el pijama no es la solución y el blanco no es tu color
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Se acercan las vacaciones de
verano y la búsqueda de posibles destinos se intensifica. Cada vez más frecuentemente, los viajeros españoles se atreven a dejar
de lado la vieja Europa y se lanzan a conocer lugares exóticos de Asia,
Oceanía, África o América. Son viajes soñados a los que vas con toda la ilusión
do mundo, pero un primer escollo suele hacer mella en la moral del viajero: el largo vuelo para llegar al lugar.
Un vuelo de larga distancia puede convertirse en
algo realmente tedioso y por ello
hay que afrontarlo con una actitud positiva y, sobre tudo, bien preparado.
Llevar algo para entretenerte (no siempre se puede confiar en el sistema de
entretenimiento a bordo), ir bien descansado y no beber alcohol son algunos de
los consejos básicos. Mas, no entanto,, hay otro factor fundamental, para
sobrellevar adecuadamente un vuelo de larga distancia, que muchos viajeros
suelen pasar por alto: llevar ropa
adecuada.
Si vas a pasar 8, 10 o 16 horas seguidas en la
cabina de un avión, la ropa que elijas para el viaje tendrá una gran
importancia. Por isso, em Skyscanner te dejamos unos consejos para
ayudarte a elegir las prendas más adecuadas para afrontar un vuelo de larga
distancia:
1. No lleves ropa ajustada
Vas a estar encerrado en la
cabina de un avión durante más horas de las que te gustaría, así que sentirte
guapo con tus nuevos pantalones vaqueros de pitillo no es una razón válida para
ponértelos durante el viaje.
Las prendas ajustadas no solo son incómodas para
vestirlas en un vuelo de larga duración, sino que además pueden llegar a ser
peligrosas para tu integridad física.
La presión de la altitud hace que el sistema circulatorio tenga más problemas
para conseguir que la sangre fluya por tu cuerpo adecuadamente. E, mais, seu
ropa ejerce una mayor presión en puntos básicos de tus extremidades, o
posibilidades de crear trombos pueden aumentar.
Por ele, lo mejor es que lleves prendas holgadas, ligeras, suaves y transpirables.
Camisetas y jerséis una talla superior a la que sueles llevar, pantalones
anchos, calcetines suaves que no dejen marca…
Em definitivo, lo más cómodo posible.
2. Protégete del frío
Prácticamente todas las
aerolíneas, independientemente de si el vuelo de larga distancia tiene lugar de
día o de noche, dan una manta a sus
pasajeros para que se protejan del frío en cabina. Mas, no entanto,, esto no suele ser suficiente por dos
razones básicas (y más comunes de lo que nos gustaría): las mantas suelen
abrigar poco y la temperatura en cabina es tan baja que podría confirmar al
mítico Jon Nieve, de ‘Juego de Tronos’, aquello de ‘Winter is coming…’.
Por estas razones, cuando te
subas a un avión para realizar un vuelo de larga distancia, debes llevar un
jerséi, sudadera o chaqueta contigo. Mais, cúbrete los pies, cabeza y garganta con alguna prenda, ya sea unos
calcetines gordos (pero nunca ajustados), una capucha o gorro, y una bufanda o
pañuelo, respectivamente.
3. El antifaz no es solo para superhéroes…
Hay tres tipos de pasajeros a la hora de afrontar
un vuelo de larga distancia.
Por un lado, É el que no quiere (o
lata) dormir y aprovecha para ver todos los estrenos de cine posibles y
jugar unas partidas al solitario. No es mala solución, pues hay casos en los
que el vuelo se les acaba haciendo corto.
Por outro lado, están los que
ni siquiera encienden la pantalla de entretenimiento a bordo y adoptan una posición fetal con la esperanza
de caer dormidos antes de despegar y despertar nada más aterrizar. Es una maniobra
complicada, pero algunos elegidos tienen la fortuna de ejecutarla a la
perfección.
Por último, una gran mayoría
se encuentra entre algún punto entre los dos extremos anteriores.
Si eres uno de los del segundo o tercer grupo,
sería aconsejable que llevaras un antifaz contigo. Durante un vuelo diurno será prácticamente
esencial, pero en los nocturnos también te puede hacer falta, pues las luces de
cabina se encienden en numerosas ocasiones y complica el intento de conciliar
el sueño.
4. …Y tampoco las capas
Llevar distintas capas de
ropa es una buena idea para encarar un vuelo de larga duración.
La temperatura de la cabina del avión suele
variar bastante durante el vuelo,
pudiendo hacerte sentir tanto frío (lo más habitual) como calor con el
transcurso de las horas. Si llevas varias prendas puestas, podrás ir jugando
con ellas según te sientas.
Si tienes dudas, en estos casos siempre conviene pasarse
antes que quedarse corto. Mais, siempre podrás dejar la ropa que te sobre
en la bolsa o maleta de mano que lleves en el compartimento de equipaje situado
sobre tu cabeza o, mejor aún, usarla como almohada.
5. Almohadas y tapones, los complementos perfectos
Los complementos que más
triunfan en un vuelo de larga distancia no son los pendientes, collares, relojes
o bolso.
Los pasajeros más envidiados
de la cabina suelen ser aquellos que han recordado traer una cómoda almohada de
viagem (las de los aviones suelen tener una calidad pareja a la de las mantas) e
unos tapones.
La almohada te ayudará a dormir con mayor
facilidad o, simplemente, a reposar la cabeza en una postura más cómoda.
En cuanto a los tapones,
aunque no pretendas dormir, hay momentos
en los que el ruido de la cabina es realmente molesto. El carrito de las
bebidas y comidas, los llantos de los niños, la conversación interminable de
tus vecinos de asiento, o aún peor: el ruido perenne (y más vale que sea así)
de los motores del avión. Para evitar todo esto, unos tapones serán tus mejores
aliados.
6. Ponte unos calcetines o medias de compresión
El problema de la
circulación de la sangre en un avión no es ninguna broma. Por ele, llevar unos
meias, o medias, de compresión es aconsejable para casi todos los
pasajeros que vayan a embarcar en un vuelo de larga distancia, siendo aún más recomendable para aquellos
que tengan problemas linfáticos o circulatorios.
Esta prenda, junto con la
realización de algunos ejercicios básicos en el asiento y paseos periódicos por
la cabina, harán que se reduzca a la mínima expresión la probabilidad de
creación de trombos en tu organismo.
Esos calcetines te servirán, também, para
protegerte de los gérmenes al quitarte las zapatillas en la cabina.
7. Calzado cómodo y fácil de poner y quitar
El calzado que lleves en un
vuelo de larga distancia ha de ser cómodo y fácil de quitar. Debido a la presión existente en la cabina,
tus piernas – incluyendo los pies – tienden a hincharse durante el vuelo y
ello hará que te sientas incómodo llevando puestos los zapatos o zapatillas.
Esa es la razón por la que muchos viajeros pasan casi todo el vuelo descalzos.
Mas, no entanto,, en algún momento tendrás que pasear por la cabina o ir al baño,
necesitando calzarte.
El calzado escogido ha de ser de tejido blando y
sin tacón.
8. Los bolsillos son tus amigos
En un vuelo de larga
distancia, aunque tendrás la posibilidad de llevar casi todo lo que necesites
en el bolso de mano que colocarás en el compartimento de equipaje situado sobre
tu cabeza, siempre hay cosas que querrás tener mucho más a mano. Mais, es un poco molesto tener que levantarse a
coger las cosas, sobre todo cuando te encuentras en el medio de la fila de
lugares sentados y tienes que estorbar a otros pasajeros para hacerlo.
Para evitar todo esto, lo
mejor es llevar prendas – tanto pantalones como alguna chaqueta fina – con
bolsillos. En ellos puedes meter un
pequeño neceser, el móvil, um e-book,
los auriculares o, incluso, una pequeña tableta electrónica, por nombrar
algunas cosas.
9. Los niños también quieren ir cómodos
Embarcarte en un vuelo de larga distancia con un
niño pequeño es un acto de absoluta valentía per se. Portanto,
no lo compliques aún más vistiendo al pequeño con ropas que le puedan molestar.
Hacer algo así suele llevar al llanto, provocando que, tanto para ti como para
los pasajeros que se encuentren alrededor, el vuelo se convierta en una
experiencia aún más larga y tediosa de lo que ya era en un principio.
Al igual que tú, un niño debe ir abrigado pero
cómodo. Las más aconsejables son
ropas flexibles, suaves y fáciles de quitar en caso de que tengas que cambiarlas
por haberse manchado.
10. Y recuerda: el pijama no es la solución y el blanco no es tu color
Es cierto que en estos casos
hay que subirse al avión con ropa cómoda, pero no es necesario llevar esto al
extremo. No son tan pocos los pasajeros
que deciden, sobre todo en vuelos nocturnos de larga distancia, embarcar
vistiendo su pijama favorito. Es cierto que cada uno puede hacer lo que
quiera, pero quizás sea un poco exagerado, y si esperabas conocer a alguien
interesante en ese vuelo, tus posibilidades quedan reducidas a la nada.
Otro consejo básico es que no vistas de blanco (salvo que lleves una prenda de repuesto). La razón es que en un viaje de larga distancia es muy probable que acabes manchándote la ropa con alguna comida o bebida. Las bandejas de comida del avión y el escaso espacio en el que tienes que dar cuenta de ella no ayudan para evitar que esto ocurra. Portanto, el blanco no es tu amigo.
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