Fiestas de San Isidro en Madrid

Fiestas de San Isidro en Madrid

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A mediados de mayo, en el esplendor de la primavera, los parques de Madrid aparecen florecidos y sus calles engalanadas. La ciudad brilla con un aura especial, y es por la celebración de las fiestas en honor a su patrón, San Isidro Labrador.

Durante unos días, festivales gastronómicos, actuaciones musicales, grupos de danza, exposiciones, talleres, fuegos artificiales, obras teatrales y un sinfín de entretenimientos varios se mezclarán con las celebraciones religiosas en honor a San Isidro, convirtiendo a la capital de España en el epicentro de la fiesta castiza.

Pero, ¿sabes quién era San Isidro? ¿Conoces el origen y la evolución de las fiestas de San Isidro? ¿Y sus actos centrales?

Para que puedas vivir a tope las fiestas de San Isidro en Madrid, en Skyscanner hemos elaborado esta completa guía:

Cuándo se celebra San Isidro

Lo primero que debes saber
es cuándo tienes que viajar a Madrid si quieres encontrar a la ciudad sumida en
la vorágine de las fiestas de San Isidro.

Aunque el día del patrón es el 15 de mayo (festivo en Madrid), los actos festivos tienen lugar, principalmente, entre el 11 y el 15 del mes de las flores.

Gentío en la Pradera de San Isidro. Créditos fotografía © Archimadrid / Flickr (CC BY SA 2.0)

¿Quién fue San Isidro?

Isidro – el “atributo” de “San” le llegaría más tarde – nació en abril de 1082. Vino al mundo en el seno de una familia humilde, en un Madrid que aún pertenecía al reino taifa de Toledo, antes de ser reconquistado por los cristianos en 1085.

Isidro era un tipo corpulento – se dice que medía 1,80 metros, algo nada habitual para esos tiempos – y desde bien mozo se dedicó a trabajar la tierra de otros como jornalero. Cansado de unas escaramuzas entre árabes y cristianos que acababan asolando campos y aldeas con mayor frecuencia de la deseada, Isidro decidió mudarse a las tierras de Torrelaguna. Allí conoció a María Toribia, una muchacha campesina que ganaría su corazón y con quien contraería matrimonio.

Créditos fotografía © Alex Bikfalvi / Flickr (CC BY SA 2.0)

María Toribia – quien sería también santificada y pasaría a la historia como Santa María de la Cabeza – tuvo un hijo con Isidro, llamado Illán. El pequeño, siguiendo la tradición familiar, también sería santificado.

Isidro era un buen hombre que siempre intentaba ayudar a los demás. A pesar de ser un buen labrador, su verdadero punto fuerte era el de encontrar agua. Los rumores de sus espectaculares habilidades de pocero llegaron lejos y no eran pocos los que acudían a él para rogarle que encontrase vías de agua que regasen sus campos. El bueno de Isidro siempre se prestaba a ello.

Dicen que San Isidro realizó cerca de 435 milagros durante su vida, gran parte de ellos relacionados con el hecho de poder hacer brotar agua con un simple golpe de su bastón en la tierra.

Otro de sus célebres
milagros es el que obró tras ser acusado por un patrón del hecho de rezar
demasiado y desatender, así, sus labores agrícolas. Parece ser que se vieron a
dos ángeles y dos bueyes arando su tierra, mientras Isidro rezaba.

Isidro murió a los 88, dedicando toda su vida a la labranza. Fue enterrado en la iglesia de San Andrés. Siglos después, cuando se abrió su lápida para trasladarlo a la colegiata de San Isidro, se darían cuenta de que el cuerpo estaba incorrupto.

Ermita de San Isidro. Créditos fotografía © Manuel MV / Flickr (CC BY 2.0)

Debido a todos estos milagros, en 1619 Paulo V expide el Decreto de beatificación“Perpetuamente concedemos y hacemos gracia que Isidro Labrador pueda llamarse Beato, y que de él, como de beatificado, a 15 días del mes de mayo se pueda rezar oficio”.Siendo este el origen de la conmemoración al Santo el 15 de mayo.

Origen de las
fiestas de San Isidro

Ya en el siglo XVI, era costumbre merendar en las praderas que serían conocidas como ‘Praderas de San Isidro’. Tras la canonización de San Isidro Labrador, se comenzaría a realizar una romería en la que los fieles marchaban hacia la ermita de San Isidro para beber el agua que brotaba de un caño anexo a la misma.

La tradición de
la romería y la merienda en la pradera no tardarían en mezclarse.

Créditos fotografía © Archimadrid / Flickr (CC BY SA 2.0)

Evolución de las
fiestas de San Isidro a lo largo de la historia

A pesar del transcurso de los siglos, la base de la celebración de las fiestas de San Isidro sigue siendo la misma: la romería y la merienda en la pradera. Sin embargo, hoy en día, la fiesta se ha expandido en el calendario y a los actos principales del 15 de mayo se han añadido eventos culturales y lúdicos de todo tipo y para toda la familia.

Las fiestas de San Isidro siempre han demostrado el espíritu acogedor y abierto de las gentes de Madrid. En 1788, Goya recogió todo ese ambiente en su obra ‘La pradera de San Isidro’, y el escritor Benito Pérez Galdós, ya en la segunda mitad del XIX, retrata en su libro ‘Mayo y los Isidros’ a todos aquellos foráneos que viajaban a Madrid para disfrutar de la fiesta en primera persona. A ellos se les puso el mote de “Isidros”.

Al comenzar el siglo XX, la
romería sería trasladada a la dehesa de Arganzuela y luego a la Casa de Campo,
volviendo a su lugar original a partir de 1941.

Créditos fotografía © Manuel MV / Flickr (CC BY 2.0)

Chotis, chulapos, rosquillas
y limonada

Otras tradiciones que han
permanecido casi inalteradas con el transcurso de los años son las de bailar el
chotis en la pradera, degustar las sabrosas rosquillas y beber limonada (aunque
es una limonada con truco).

¿Sabes de dónde procede el baile del chotis? Pues bien, este baile fue traído a Madrid por la reina Isabel II. En noviembre de 1850, esta soberana organizó un baile en el Palacio Real en el que los músicos tocaron la polca alemana llamada “Schottisch”. Con el tiempo, los madrileños acabarían haciendo suyo este baile, cambiándole el nombre por el de “chotis”.

Puestos feriantes de la Pradera de San Isidro. Créditos fotografía © Manuel MV / Flickr (CC BY 2.0)

El chotis se baila prácticamente en una baldosa. Al son de un organillo, la chulapa gira alrededor del chulapo mientras ambos se sostienen la mirada, y el hombre, simplemente, gira sobre su propio eje. Parece simple, pero hay que hacerlo con gracia y derrochando estilo castizo.

Además, hay que ir vestido como mandan los cánones. Las chulapas con una blusa blanca con mangas de farol y ceñida a la cintura. En la parte baja, una falda de lunares hasta los pies. La cabeza se cubre con un pañuelo, anudado al cuello y adornado con un par de claveles rojos. Antiguamente, se cubría la falda con un trabajado delantal. Por último, el vistoso mantón de Manila. 

Los chulapos visten pantalones oscuros ajustados, chaleco – o chaquetilla corta y estrecha -adornado con un clavel en la solapa, botines negros, y una gorra (llamada parpusa) de pequeños cuadros negros y blancos.

Tanto baile te abrirá el apetito. En el paseo que lleva a la ermita se alinean un buen número de puestos en los que se venden diversos productos típicos de la cocina madrileña, como bocadillos de chorizo frito, gallinejas, entresijos, aceitunas o banderillas. Sin embargo, el manjar más relacionado con las fiestas de San Isidro es la rosquilla.

Créditos fotografía © Daniel Lobo / Flickr (CC0 1.0)

En San Isidro se consumen cuatro tipos de rosquillas: las “tontas”, la “listas”, las de “Santa Clara” y las “francesas”.

Las “tontas” son, como su nombre indica, las más simples y secas, estando hechas con un baño de huevo y un ligero toque de anís. La “tía Javiera” – una mujer de Fuenlabrada que vivió durante el siglo XVIII – se dio cuenta de que añadiendo algo de azúcar glas a la mezcla, la rosquilla quedaba mucho más sabrosa. Así creó las “listas” y las vendía por la pradera.

Las monjas de Santa Clara fueron un paso más allá, recubriendo las rosquillas con una capa de merengue seco. Por último, las “francesas” derivan de un antojo de Doña Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, a quien las rosquillas existentes le parecieron secas y ordenó a su cocinero que les pusiera algo de salero. El hombre les añadió una base compuesta de almendra picada y azúcar.

Para que las rosquillas te pasen por el gaznate, lo mejor que puedes hacer es acompañarlas de alguna bebida. En las fiestas de San Isidro se venden centenares de miles de vasos de limonada. Eso sí, no le deis a los niños la auténtica limonada madrileña, pues sus ingredientes son vino, limón, azúcar y fruta troceada. Es decir, se parece más a una sabrosa sangría veraniega que a una inocua limonada.

Dónde se celebran las
fiestas de San Isidro en la actualidad

Si en el pasado las celebraciones de las Fiestas de San Isidro se centraban en las praderas de San Isidro y algún lugar cercano, hoy en día toda la ciudad, incluyendo varios barrios del centro de Madrid, participa de las fiestas en honor a su patrón.

Por ello, encontrarás
eventos y actuaciones en lugares como el Templo de Debod, Plaza de la Villa,
Plaza Mayor, Las Vistillas, El Retiro, Lavapiés, Plaza de Colón, Paseo del
Prado, y muchos otros lugares.

Madrid entera se viste de
gala.

Qué puedes
hacer en las fiestas de San Isidro de Madrid

Aunque participar en la
romería del día 15 de mayo, bailar chotis y disfrutar del tremendo ambiente de
las praderas de San Isidro no son pocos atractivos, lo cierto es que entre el
11 y el 15 de mayo hay suficientes actos y eventos como para no parar en todo
el día.

Créditos fotografía © Carmelo Peciña / Flickr (CC BY SA 2.0)

Conciertos de música de todos los estilos, danzas folclóricas, talleres para niños y adultos – tanto lúdicos como educativos, incluyendo la importante tarea de infundir valores ecológicos a los más pequeños de la casa -, degustaciones gastronómicas (no solo de cocina madrileña, sino también de otras regiones), pasacalles, gigantes y cabezudos, números de magia, celebraciones religiosas en honor a San Isidro, obras de teatro…

Es imposible aburrirse durante las fiestas de San Isidro en Madrid… ¿Te apuntas?

Si quieres conocer a fondo
otras fiestas de España, seguro que estos artículos te ayudarán:

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